Sal para la industria textil
La sal para la industria textil es imprescindible en los procesos de creación de tejidos, en el blanqueamiento de las fibras, en el tintado de los tejidos y en el curtido de pieles.
Sal para la industria del textil
¿Qué sal es la más adecuada?
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La venta de sal para la industria textil incluye dos tipos de sal: la sal seca TT1, con una granulometría de mínimo 90 % y 1 mm; y la sal húmeda de grano natural, de 90% de granulometría y superior a 2,8 mm cada grano (especial para salmueras).
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Sal para la Industria del Textil
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La sal industrial desempeña un rol protagónico en la industria textil, y detallamos a continuación su importancia dentro de esta industria.
Sal para crear tejidos
Las fibras deben pasar por un proceso donde se necesita agua con concentraciones muy altas de sal (salmueras); estas se utilizan para ablandar el agua y eliminar cualquier contaminante que puedan tener las fibras de donde se obtienen las telas.
Sal para el blanqueamiento de las fibras
Las salmueras también sirven para blanquear las fibras, antes de fabricar los tejidos.
Sal para el tintado de tejidos
La sal es ideal para fijar los pigmentos utilizados para colorear las fibras. De esta forma, los colores no desteñirán, cuando se elaboren las prendas y se laven. De hecho, siempre se recomienda hacer el primer lavado de prendas nuevas añadiendo una taza de sal a la colada.
Sal para curtir pieles
La sal se utiliza para el curtido de las pieles. Ayuda en el proceso de secado y ablandado, para luego poder ser cortadas y manipuladas en la confección de diversas prendas y accesorios de vestir.
Beneficios de la sal en la industria textil
Sus beneficios son múltiples. Entre ellos están los siguientes:
La sal favorece la homogenización de los colores en las fibras; mejora ostensiblemente la reacción de los tintes y de los reactivos que se usan; consigue un mejor aprovechamiento de las cantidades de color de los colorantes usados.
También desinfecta las fibras de origen natural, como las pieles, el algodón, el lino o la lana. No hace espuma, porque la sal se produce mediante evaporación y reacción al vacío, y por último evita tener que utilizar los llamados secuestrantes químicos para llegar a los mismos resultados.